jueves, 7 de septiembre de 2017

Carmen Gonzalez & Carrete 'De la tierra'. Los veranos del corral 2017.

Tierra flamenca por excelencia, más de lo que muchos quieren creer, Málaga atesora una trayectoria jonda desde el mismo inicio del cante, el baile y el toque. No vamos a viajar en el tiempo para delimitar tal extremo, pero sí que nos vamos a centrar en el otro, esto es, lo que hay en la actualidad. Y tenemos que hablar, necesariamente, de dos artistas de una trayectoria tan diferente como cercana. Me refiero a Carrete de Málaga y a Carmen González. Hablamos de dos estéticas bien diferenciadas que se encuentran en un punto en el que converge toda la historia del baile malagueño. Carrete, el 'Fred Astaire' del flamenco o 'El Quijote del flamenco' es un bailaor anárquico, que no se rige por ninguna norma ni forma para expresarse. Porque no lo necesita. Carmen Tampoco, pero su formación es más técnica, más acorde con los tiempos actuales.
Hay que precisar que Carrete vino como artista invitado de tal forma que quien vino a presentar sus credenciales fue Carmen. 



Sorprende, de inicio, lo flamenca que es desde el mismo instante que sale al escenario. Es Enérgica por seguiríyas, brillante y pulcra en las formas. Controla el espacio escénico y sorprende en cada ejecución de pies que, sin abusar de ellos, formaron un tándem perfecto con el resto del cuerpo para consolidar un baile ciertamente completo en el que los brazos dibujaron un flamenco ecléctico.



David el Galli y Moi de Morón, cuyas voces fueron las protagonistas estuvieron pletóricos, y puestos a cualificar, El Galli estuvo entregado, pletórico me atrevería a decir, así lo percibimos desde las butacas, no sólo en las malagueñas que compartía con Moi sino en las seguiríyas, tientos tangos, soleares y alegrías acompañando a sendos bailaores. Paco Iglesias, al toque, cumplió milimétricamente su función de acompañar notablemente. Carmen volvió a escena por tientos que duraron poco ya que el cambio a tangos vino de momento y se rebuscó con gracia sin caer en la galantería facilona. 


El cambio de tercio en la figura indescriptible de Carrete fue por taranto. Si de algo puede presumir es de ser el más personal de cuantos bailaores tiene Málaga. Imprevisible, autoritario, baila con las manos, con los pies, con la mirada, hasta con el sombrero. De igual forma hizo por alegrías. Porque alguien como él no necesita patrones estéticos ajenos a su sabiduría para definir lo que siente cuando baila. 
Y finalmente, no me cabe duda que Carmen González, por su calidad artística, va a crecer progresivamente en su carrera porque sus credenciales artísticas así lo confirman. 























1 comentario:

  1. Carmen González sabe que creí en ella desde que la ví. La gente tiene que cambiar, probar, evolucionar...en un proceso de aprendizaje y formación; pero con lo que uno nace, eso siempre está ahí si es de verdad. Yo sigo confiando y me sigue gustando Carmen. Muchos Besos Y ole las buenas bailaoras malagueñas. En cuanto a Carrete, estoy de acuerto en todo lo dicho. Es maestro, personal, diferente sin ir de diferente, especial,... A mi Moi de Morón le mando un abrazo grandote. Él fue mi primer cantaor en un festival.

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